lunes, 8 de agosto de 2011

Selena Gomez: la niña buena de Hollywood

Selena Gomez, la niña buena de Hollywood
Su mérito es ser exactamente lo que parece: dulce, guapa, discreta y sin ganas de meterse en líos. Ese es el sencillo encanto de Selena Gomez. Y tratándose de una estrella infantil, no solo es un logro, sino casi un milagro.
Selena Gomez y Nick Jonas, uno de sus pocos novios conocidos Novias de Nick Jonas
La venganza llegó poco después, cuando Selena empezó a salir con Nick Jonas, ex de Miley. El noviazgo duró menos de un año. Y aunque ella nunca habló abiertamente de ello, contó lo mucho que sufrió con su primer desamor. No le puso nombre, pero tampoco hacía falta. "Cuando viví mi primera ruptura, pensé que era el fin del mundo... Fue positivo llorar todo aquel dolor o llamar a mis amigas entre lágrimas. Ahora, cuando pienso en ello, no creo que fuera amor. Pero entonces, pensaba: «¡Estoy enamorada! ¡Me voy a casar con él!".
Fue cuando tanto Selena como el propio Jonas empezaron a lucir el anillo de la castidad como promesa de que permanecerían vírgenes hasta el matrimonio. "Le dije a mi padre que quería llevar uno. Él fue a la iglesia y allí se lo bendijeron. Quiero mantener esta promesa conmigo misma, con mi familia y con Dios", ha explicado. Superada la ruptura, llegó otra estrella púber: el actor Taylor Lautner. Coincidieron en Vancouver, se les vio cenando, en el cine y… poco más. "Me he preocupado por mucha gente, pero no creo que haya estado nunca enamorada", decía para explicar que Lautner solo era un amigo.

Selena Gomez enamoradísima de Justin Bieber El gran Justin Bieber
Hasta que un día su madre –y mánager– recibió una llamada. Era el agente del nuevo fenómeno adolescente: Justin Bieber quería conocerla. En diciembre de 2010, se les vio juntos por primera vez en Miami, aunque según la actriz eran amigos desde antes. "Es parte de mi vida desde hace mucho tiempo. Es agradable tener a alguien que entiende por lo que estás pasando". Y aunque se resistieron a confirmarlo, unas fotos en el Caribe hicieron el resto. Luego, pasearon de la mano por la alfombra roja de una de las fiestas de los Oscar para anunciar que eran pareja.

Entonces, las fans de Bieber enloquecieron y la actriz llegó a recibir amenazas de muerte en Twitter. Aún así ella renuncia a esconderse. "No me gusta ocultarme. Quiero proteger mi vida privada, pero tengo 18 años y en algún momento me voy a enamorar", ha dicho. Después, llegaron más demostraciones de amor: primero con un beso en los premios Billboard y más tarde, durante una entrega de premios en Canadá que ella presentaba y en la que Bieber recibió un premio. "Selena, encantado de conocerte. Mi nombre es Justin. Eres preciosa. Quizá podamos salir algún día junto", bromeó el cantante sobre el escenario.

Y en junio, la actriz era hospitalizada haciendo estallar la rumorología. Pero todo fue una falsa alarma. Selena, que había sufrido náuseas y dolores de cabeza, estaba simplemente exhausta. Seguía siendo la niña modélica de siempre. Aunque ese nunca haya sido su sueño. "Jamás he querido ser un ejemplo. Aunque he aceptado ese papel, soy humana y por tanto, no soy perfecta. Cometo errores, pero supongo que mi trabajo es guardarme esos deslices para mí y tratar de ser el mejor ejemplo posible para los niños". Por ahora lo ha logrado. El tiempo dirá si la presión puede con ella.
Su secreto: prudencia y sentido común. Selena Gomez –sin tilde, pues ella lo escribe así– nació en Texas hace 19 años. Su madre, Mandy, solo tenía 15 años cuando la tuvo y de ella heredó Selena la vena artística. "Mi madre hacía mucho teatro y yo iba a verla ensayar. Y cuando se preparaba para la función, me gustaba sentarme a su lado mientras se maquillaba. Solía decirme: '¡Has memorizado mi diálogo mejor que yo!". Hasta que un día le dije: 'Quiero ser como tú", recuerda.

Una estrella infantil
Y cuando cumplió siete años, llegó su oportunidad. Fue en un 'casting' para el programa 'Barney & Friends' al que acudieron 1.400 niños. Mientras esperaba su turno, se sentó a jugar con otra niña. Su nombre era Demi Lovato. De aquella audición se llevó su primer papel y a la que es su mejor amiga. Así entró a formar parte del universo Disney, primero en la serie 'Hannah Montana' y, más tarde, en 'Los magos de Waverly Place'.

Con el éxito, le colgaron su primera etiqueta: Hollywood quiso ver en ella a la nueva Miley Cyrus. Y con la comparación, nació la rivalidad. Fue un juego de niñas, pero dio mucho que hablar. Miley y su mejor amiga, Mandy Jiroux, ridiculizaron a Selena y Demi Lovato en un vídeo casero. El asunto terminó con una disculpa velada de Cyrus –"la imitación es el mejor de los halagos"– y con Selena diciendo que la parodia era "un gran cumplido". Diplomacia ante todo.

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